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12 de septiembre de 2012

''Poesía sin contenido'', El árbol de la vida de Malick. (Por: Alfonso Cañadas)



El árbol de la vida es una de las escasas propuestas de la historia del cine que se adentra en el misterio de la vida. Una de esas obras ''definitivas'' que pretende englobar religión, naturaleza, sentimientos humanos, y así un largo etcétera en una misma película.

Para muchos Malick lo consigue, y crea una obra cumbre del cine. Una película que recapacita sobre todos los dilemas de la humanidad, que consigue reunir y debatir todas las propuestas sobre la evolución y creación del hombre, y que, además, se detiene en la infancia, esa época tan importante para el desarrollo de la personalidad.

Para otros (entre ellos un servidor) resulta una obra absolutamente pretenciosa, plana y que con el tiempo no será más que anecdótica. Y es que bajo mi punto de vista El árbol de la vida es algo así como una sombra que mezcla el cine de Tarkovsky con 2001: Una odisea del espacio. Y digo ''una sombra'' porque aunque intenta tratar temas parecidos a la obra de Kúbrick utilizando técnicas similares a las del ruso, Malick (contrariamente a los ejemplos nombrados) nunca llega a profundizar en su película. Parece que quisiera hablarnos de los enigmas más importantes del universo desde la superficie. Todo pasa muy rápido, muy simple, muy lineal… Es difícil centrarse en un dilema concreto. Lo mismo lo observamos predicar sobre el cristianismo, que comienza a hablar sobre evolución o nos encontramos con los problemas de la infancia y el desarrollo de la personalidad (todo esto muy acelerado y sin llegar a conclusión alguna, o al menos, intentar una reflexión por parte del espectador). El director consigue con esto una obra superficial, con un montaje escabroso y que en ningún momento nos lleva a deliberar sobre lo que cuenta, solo a contemplarla y pensar en cual pretendía ser su finalidad. Podemos añadir, además, que se trata de un film lento y que en muchas ocasiones resulta pesado (aunque de esto también pecan grandes obras y por ello no dejan de serlo).

 

De esta forma Malick resulta como un poeta que conoce a la perfección las estructuras, pero no se ve capaz de llenarlas de un contenido lógico. Porque nadie puede dudar de la capacidad técnica de este realizador (la fotografía y dirección son fantásticas), pero nada más, no nos ofrece mas que un puñado de imágenes bien filmadas que, como mucho, crearan sensaciones en el espectador gracias a su belleza hipnótica.

¿La Palma de Oro? Bien es sabido que el jurado de Cannes suele ir detrás de lo innovador, lo diferente y lo polémico, y esta obra cumple de lleno todos los requisitos. El árbol de la vida (quizás rivalizando con la oscarizada The Artist) fue la producción que más dio que hablar en el pasado año 2011 y el principal motivo fue el hecho de querer tratar el cine de una forma diferente a como estamos acostumbrados, pero esto no asegura el éxito, solo la innovación tanto para bien como para mal.

Alfonso Cañadas para Cine a la Carbonara
@AlfonsoGarcia_C

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