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12 de marzo de 2016

Palmarés IBAFF 2016


La séptima edición del IBAFF finaliza con el reparto de un palmarés donde reina la coherencia. Los premios del público son comprensibles y los del jurado los más acertados, pocas discusiones este año. Falta decir que, aunque estemos de acuerdo con los premios, también había otras películas igual de dignas de galardón que las premiadas.

El gran premio del Festival, el de Mejor película recayó en la increíble y necesaria Homeland (Iraq year zero). El extenso documental iraquí que comentábamos en nuestra última crónica diaria es una de las grandes obras de los últimos años, como muchas han titulado es la obra de una vida. La vida de su autor, Abbas Fahdel que grabó a su familia antes y después de la guerra de Iraq. En definitiva, una de las mejores obras internacionales del año que no solo encuentra posibilidades de exhibición gracias al IBAFF sino que encima sale premiada. Las películas así no solo lo necesitan, sino que además, lo merecen. Para estas cosas se inventaron los festivales.


The Iron ministry (J. P. Sniadecki) ha sido también reconocido con la Mención Especial del Jurado. El autor pasó tres años grabando diversas vías ferroviarias en China para conseguir este gran documental capaz, desde únicamente los trenes, transmitir la imagen de un país en constante cambio, movimiento y evolución.


También hay consenso entre este blog y el festival en cuanto al premio a Mejor cortometraje. Tres corderos, da David Pantaleón, es una maravilla. Como ya comentábamos en su crónica, las imágenes de este tríptico sobre la condición humana (tocando extremos) te dejan absorto e impactado. De esta forma, el autor canario ha conseguido sobresalir y hacerse con el galardón en una sesión con un gran nivel.


El Premio del público a la Mejor película también era muy previsible. Muros (Pablo Iraburu, Migueltxo Molina, 2015) es el largometraje más accesible de los proyectados, toca un tema sensible como es el de las fronteras y lo hace de forma ágil y amena. Pese a que el IBAFF habita terrenos más experimentales y planteamientos más radicales el público agradeció sobre manera este largometraje documental que, sin que esto sea un despectivo, es digno de la mejor televisión (a muchos nos recordó a Salvados).


Más nos gusta el Premio del Público al Mejor cortometraje. Otra de las grandes pequeñas obras del festival fue Fils du Loup, de Lola Quirovan, cortometraje capaz de transmitir de forma muy eficaz la agobiante atmósfera de una finca de entrenamiento para perros de defensa. La unión entre un joven adolescente y el animal, entrenado para la violencia, hicieron el resto en un corto cuya visión resulta intensa y gratificante.

El último de los premios concedidos fue el que dan cientos de alumnos de institutos de la Región. El galardón fue La propina (Esteban Crespo), cortometraje que, aunque cueste decirlo, fue lo más fallido que se proyecto estas semanas. su efectismo, pretendida gracia, impostado blanco y negro y corte de anuncio televisivo lo hacían más que atractivo para el público adolescente.

Finalmente, recordamos que los premios ya anunciados eran el Premio "En construcción" a Khristine Gillard (también jurado de la edición), el Premio Arrebato a el Festival de Cartagena y el Premio honorífico al mítico cineasta catalán Pere Portabella.


Nota: Aunque no fueron premiadas nos gustaría resaltar la excelencia de obras como O Touro (Larissa Figueiredo), The sky trembles and the earth is afraid and the two eyes are not brothers (Ben Rivers o Devil's rope (Sophie Bruneau). En cuanto a los cortometrajes también agradecemos haber podido disfrutar de obras como La inmensa nieve (Carlos Rivero, Pueblo (Elena López Riera) o 20 desenhos y un abraço (José Miguel Ribeiro).

Sí quieres tener más información sobre cualquiera de estas obras puedes consultar nuestras crónicas diarias en este enlace.

Por Rafael S. Casademont

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