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15 de septiembre de 2012

La esencia del cine de autor: ¿Quién es John Waters? (Por: Alfonso Cañadas)



Si usted pertenece a ese grupo de cinéfilos que se enternecen cada vez que visionan el final de La lista Schindler, o piensa que La vida es bella es lo más bonito que ha dado el cine moderno, y no puede evitar lloriquear cada vez que aparece el hundimiento del barco más famoso de la historia en pantalla, muy posiblemente no conozca de nada a este señor.

¿Quién es John Waters? Y lo más importante ¿Qué aportó al cine para que sea necesario conocerlo?

Waters no acudió a una prestigiosa academia de cine, de hecho no fue a ninguna. No cosechó una flamante carrera con premios de la crítica ni grandes recaudaciones comerciales, porque todo eso no le interesaba demasiado. Lo suyo era ¿Cómo decirlo? Otra cosa.


Debemos recordar que durante los años setenta y ochenta la crisis de muchos estudios de cine tuvo como consecuencia que los films de la época se volvieran algo más ‘’picantes’’ en cuanto a temas de sexo y violencia, y esto (junto con los avances tecnológicos) impulsó el cine independiente de una manera que nunca antes se había visto. El cine ya no buscaba realizar grandes superproducciones sobre emperadores romanos, ni relato bíblicos. Ahora se podía ser más atrevido y tratar temas diferentes a los que el espectador estaba acostumbrado. Muchos cineastas se sentían más libres que en años anteriores para realizar sus obras, ya que no se encontraban constantemente censurados por parte de las productoras. El principal contra que poseían las producciones de tipo independiente era que, lógicamente, su presupuesto solía ser menos elevado.

De esta manera el cine moderno nos dejó un legado de grandes obras gracias a directores que eran más ‘’retorcidos’’ e iban en  busca de un cine más punzante: La naranja mecánica de Kúbrick, la antibelicista Johnny cogió su fusil, los Perros de paja de Peckinpah, la conocida Harold y Maude… Pero el cine de Waters consiguió que  el ‘’atrevimiento’’ de todos ellos no pareciera más que un aperitivo del plato principal. Para dicha hazaña no necesitó más que: una cámara barata, su grupo de amigos de toda la vida y un extraño pero increíble sentido del humor. Toda una chapuza casera.



Nadie podía siquiera imaginar que recién entrados los setenta semejantes perversiones pudieran ser grabadas y expuestas al público, excepto Waters. Después de varios cortos, y un par de largos (Mondo Trasho y Multiple Maniacs) decidió grabar una trilogía en honor al mal gusto, que sería recordada como lo más asqueroso jamás rodado para cine (especialmente la primera de ellas). Y es que no se cortó un pelo a la hora de inmortalizar escenas de sexo  con animales, coprofilia, inseminaciones artificiales caseras… Realmente su siguiente cinta, Pink Flamingos (luego la seguirían Female Trouble y Desperate Living), era una autentica marranada, compuesta de los extraños fetichismos e ideas extremas que rondaban la cabeza de este señor. Pero gracias a ello Waters había conseguido lo que muchos otros no había logrado antes: rodar exactamente lo que quería, sin ningún tipo de tapujo, y esperando que el público entendiese su peculiar sentido del humor. Y si el gran público no lo entendía, pues tampoco pasaba nada, lo importante era pasarlo bien y hacer un poco el gamberro. La idea que sustentaba el proyecto era rodar algo diferente a lo que nadie hubiera hecho antes o haría jamás. Y es que los primeros trabajos de John Waters siguen siendo a día de hoy lo más bizarro y repugnante que ha parido nunca la historia del cine. Cuesta imaginar algo más desagradable que ver a Divine (su actriz fetiche) cometiendo semejantes actos perversos e increíblemente repulsivos (comerse una mierda de perro entre ellos).

Pero dejando a un lado el hecho de que su cine no sea de un gusto mayoritario, me pregunto ¿No es esta la esencia del cine de autor? Waters en cada una de sus películas nos presenta su particular visión de la vida utilizando su característico humor. No pretende que sus películas le produzcan fortuna (aunque si llega, bienvenida sea), solo quiere que las pocas personas que comparten su  visión del mundo se sientan satisfechas e identificadas. El cine tiene que ser  flexible y dar la oportunidad de que todos nos expresemos de una manera u otra, y esto principalmente es lo que la imagen de John Waters representa.


Convertido a día de hoy en todo un icono del cine independiente y bizarro, muchos directores dan muestra de estar ampliamente influenciados por su cine: Todd Solonz, Harmony Korine, Larry Clark, Pedro Almodóvar… entre otros tantos. Después de una primera etapa más radical, siguió realizando trabajos algo más ‘’adaptados’’ al gran público, pero sin perder su personal estilo ni su particular mensaje. Y esto último (en gran media) es lo que le hace mantener su imagen tan viva. Es un claro ejemplo de cineasta anclado en sus principios y del que todos los aspirantes a director deberían influenciarse de alguna manera.

Alfonso Cañadas para Cine a la Carbonara
@AlfonsoGarcia_C

4 comentarios :

  1. Para mi la mejor de este señor es la de "Los Asesinatos de Mamá"!

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  2. Muy buena entrada Alfonso. ¡¡¡Viva al Trash Cinema!!!

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  3. Me gustaría felicitarle por éste maravilloso artículo, señor Cañadas, en el que no sólo nos invita a una profunda retrospectiva de los albores del cine independiente, sino que también, de forma implícita, prácticamente obliga al lector a preguntarse cuál será el futuro del celuloide, y si se podrá seguir mostrando la realidad sin pudor,sin la silenciosa presión de cualquier productor.
    Enhorabuena.

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  4. Muchas gracias gente! Para mí sin embargo ''Los asesinatos de mamá '' no se encuentra entre mis preferidas. Prefiero ''Pecker'', ''Female Trouble'' o ''Desperate Living''.Pero lo importante es echarle un ojo a todas sus obras, porque es muy interesante, un saludo!

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